19:44
Miss Take ♥
El 23 de enero, Blanca Nubia Díaz fue víctima de un intento de secuestro en Bogotá,
Colombia. Esta mujer lucha por que se haga justicia por la violación y el asesinato, a
manos de paramilitares, de su hija, Irina del Carmen Villero Díaz.
El 23 de enero, a plena luz del día, un automóvil siguió a Blanca Nubia Díaz en Bogotá.
Una mujer salió del auto y le dijo: “La doctora Irene mandó a decir que vaya con
nosotros”. Cuando Blanca Nubia Díaz respondió que no conocía a esa persona, la mujer
insistió en que entrara en el auto, diciendo: “Súbase, cómo no la va a conocer si ella lleva
su caso”. La mujer ordenó repetidamente a Blanca Nubia Díaz que entrara en el vehículo,
y también trató de meterla por la fuerza. Cuando Blanca Nubia Díaz empezó a pedir
ayuda, la mujer se marchó.
Blanca Nubía Díaz es miembro del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes
de Estado (MOVICE). Ha estado pidiendo justicia desde que unos paramilitares, que
actuaban junto con las fuerzas de seguridad, torturaron, violaron y mataron a su hija Irina
del Carmen Villero Díaz en mayo de 2001, en el municipio de Albania, departamento
de La Guajira. Tras el homicidio, denunció el crimen a la oficina local de la Fiscalía
General en Maicao, departamento de La Guajira. Sin embargo, no hubo ningún progreso
en el caso hasta que, en 2008, la Corte Constitucional ordenó a las autoridades que
investigaran más de 180 delitos sexuales relacionados con el conflicto perpetrados contra
mujeres y niñas, entre ellas la hija de Blanca Nubia Díaz. Irene López Garzón –abogada
de Blanca Nubia Díaz y directora de la ONG de derechos humanos Corporación Jurídica
Yira Castro, que también forma parte de MOVICE– niega haber enviado a nadie a buscar
a Blanca Nubia Díaz. También ella ha recibido numerosas amenazas de muerte a lo largo
de los años por su trabajo de lucha contra la impunidad.
Escriban inmediatamente, en español o en su propio idioma:
Exresando preocupación por la seguridad de Blanca Nubia Díaz, su familia, Irene López
Garzón y otros miembros de MOVICE, e instando a las autoridades a garantizar su
seguridad, de estricta conformidad con los deseos de los propios afectados.
Pidiendo a las autoridades que ordenen una investigación exhaustiva e imparcial sobre
el intento de secuestro y las amenazas contra Blanca Nubia Díaz, su familia e Irene
López Garzón, así como sobre la violación, la tortura y el homicidio, en 2001, de Irina del
Carmen Villero Díaz, que hagan públicos sus resultados y que lleven a los responsables
ante la justicia.
Instando a las autoridades a emprender acciones inmediatas para desmantelar los grupos
paramilitares y romper sus vínculos con las fuerzas de seguridad, de acuerdo con los
compromisos expresos del gobierno y con las recomendaciones formuladas por la ONU y
otras organizaciones intergubernamentales.
Instando a las autoridades a hacer un seguimiento de las recomendaciones y
conclusiones de los mecanismos internacionales y regionales para la protección de los
derechos de las mujeres y la lucha contra la violencia de que son objeto.
ACCIÓN URGENTE
INTENTO DE SECUESTRO DE UNA DEFENSORA
INFORMACIÓN ADICIONAL
Durante los últimos 45 años, el conflicto armado interno de Colombia ha enfrentado a las
fuerzas de seguridad y los paramilitares contra una serie de grupos guerrilleros. Todas las
partes del conflicto siguen siendo responsables tanto de delitos graves y generalizados
de derecho internacional como de violaciones de derechos humanos, incluida la violencia
sexual sistemática contra mujeres y niñas. Pese a que muchas de estas violaciones
constituyen crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad, las autoridades
colombianas no han emprendido acciones enérgicas para poner fin a la violencia que,
en relación con el conflicto, sufren las mujeres y para llevar a los responsables ante
la justicia. La falta de medidas de seguridad disuade a la mayoría de las víctimas y
sus familiares de denunciar los abusos. Los testigos, las familias de las víctimas, los
fiscales, los abogados y los jueces que participan en investigaciones relacionadas con
los derechos humanos también han sido víctimas de homicidios y amenazas, y han sido
sometidos a vigilancia.
Pese a las afirmaciones del gobierno de que todos los paramilitares se desmovilizaron
en un programa promovido por el gobierno que se inició en 2003, estos grupos siguen
actuando y cometiendo graves violaciones de derechos humanos contra defensores
y defensoras de los derechos humanos y otros miembros de la población civil. En
ocasiones, estas violaciones de derechos humanos se cometen en connivencia con las
fuerzas de seguridad, o con su consentimiento.
MOVICE es una amplia coalición de organizaciones de la sociedad civil que hace
campaña por la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas del largo conflicto
armado interno de Colombia. Los miembros de sus distintas seccionales en todo el país
han sido objeto repetidamente de amenazas e intimidación.
El 26 de marzo de 2001, Irina del Carmen Villero Díaz, de 15 años e integrante de la
comunidad indígena wayúu del departamento de La Guajira, fue torturada, violada
y asesinada por paramilitares en la zona de Cuestecitas del municipio de Albania,
departamento de La Guajira. Cuando su madre, Blanca Nubia Díaz , trató de encontrarla,
tuvo noticia de que, al mismo tiempo que su hija, varias mujeres más habían sido también
asesinadas. Blanca Nubia Díaz consiguió averiguar el paradero del cadáver, pero se vio
obligada a abandonar el departamento de La Guajira a causa de las amenazas de los
paramilitares. El cadáver fue enterrado como perteneciente a “persona no identificada”, y
hasta 2010 Blanca Nubia Díaz no pudo reclamarlo. En agosto de 2010, Irina del Carmen
fue enterrada según los rituales del pueblo indígena wayúu. Las investigaciones sobre su
violación, tortura y asesinato no han avanzado en más de una década.
Blanca Nubia Díaz y su familia han recibido numerosas amenazas. El 28 de julio de 2011,
dos hombres dijeron a su nieto en Bogotá: “nosotros conocemos a su mamá, y sabemos
de su abuelita Blanca Nubia, qué hace y con quiénes anda”.
Nombre: Blanca Nubia Díaz e Irene López Garzón
Colombia. Esta mujer lucha por que se haga justicia por la violación y el asesinato, a
manos de paramilitares, de su hija, Irina del Carmen Villero Díaz.
El 23 de enero, a plena luz del día, un automóvil siguió a Blanca Nubia Díaz en Bogotá.
Una mujer salió del auto y le dijo: “La doctora Irene mandó a decir que vaya con
nosotros”. Cuando Blanca Nubia Díaz respondió que no conocía a esa persona, la mujer
insistió en que entrara en el auto, diciendo: “Súbase, cómo no la va a conocer si ella lleva
su caso”. La mujer ordenó repetidamente a Blanca Nubia Díaz que entrara en el vehículo,
y también trató de meterla por la fuerza. Cuando Blanca Nubia Díaz empezó a pedir
ayuda, la mujer se marchó.
Blanca Nubía Díaz es miembro del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes
de Estado (MOVICE). Ha estado pidiendo justicia desde que unos paramilitares, que
actuaban junto con las fuerzas de seguridad, torturaron, violaron y mataron a su hija Irina
del Carmen Villero Díaz en mayo de 2001, en el municipio de Albania, departamento
de La Guajira. Tras el homicidio, denunció el crimen a la oficina local de la Fiscalía
General en Maicao, departamento de La Guajira. Sin embargo, no hubo ningún progreso
en el caso hasta que, en 2008, la Corte Constitucional ordenó a las autoridades que
investigaran más de 180 delitos sexuales relacionados con el conflicto perpetrados contra
mujeres y niñas, entre ellas la hija de Blanca Nubia Díaz. Irene López Garzón –abogada
de Blanca Nubia Díaz y directora de la ONG de derechos humanos Corporación Jurídica
Yira Castro, que también forma parte de MOVICE– niega haber enviado a nadie a buscar
a Blanca Nubia Díaz. También ella ha recibido numerosas amenazas de muerte a lo largo
de los años por su trabajo de lucha contra la impunidad.
Escriban inmediatamente, en español o en su propio idioma:
Exresando preocupación por la seguridad de Blanca Nubia Díaz, su familia, Irene López
Garzón y otros miembros de MOVICE, e instando a las autoridades a garantizar su
seguridad, de estricta conformidad con los deseos de los propios afectados.
Pidiendo a las autoridades que ordenen una investigación exhaustiva e imparcial sobre
el intento de secuestro y las amenazas contra Blanca Nubia Díaz, su familia e Irene
López Garzón, así como sobre la violación, la tortura y el homicidio, en 2001, de Irina del
Carmen Villero Díaz, que hagan públicos sus resultados y que lleven a los responsables
ante la justicia.
Instando a las autoridades a emprender acciones inmediatas para desmantelar los grupos
paramilitares y romper sus vínculos con las fuerzas de seguridad, de acuerdo con los
compromisos expresos del gobierno y con las recomendaciones formuladas por la ONU y
otras organizaciones intergubernamentales.
Instando a las autoridades a hacer un seguimiento de las recomendaciones y
conclusiones de los mecanismos internacionales y regionales para la protección de los
derechos de las mujeres y la lucha contra la violencia de que son objeto.
ACCIÓN URGENTE
INTENTO DE SECUESTRO DE UNA DEFENSORA
INFORMACIÓN ADICIONAL
Durante los últimos 45 años, el conflicto armado interno de Colombia ha enfrentado a las
fuerzas de seguridad y los paramilitares contra una serie de grupos guerrilleros. Todas las
partes del conflicto siguen siendo responsables tanto de delitos graves y generalizados
de derecho internacional como de violaciones de derechos humanos, incluida la violencia
sexual sistemática contra mujeres y niñas. Pese a que muchas de estas violaciones
constituyen crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad, las autoridades
colombianas no han emprendido acciones enérgicas para poner fin a la violencia que,
en relación con el conflicto, sufren las mujeres y para llevar a los responsables ante
la justicia. La falta de medidas de seguridad disuade a la mayoría de las víctimas y
sus familiares de denunciar los abusos. Los testigos, las familias de las víctimas, los
fiscales, los abogados y los jueces que participan en investigaciones relacionadas con
los derechos humanos también han sido víctimas de homicidios y amenazas, y han sido
sometidos a vigilancia.
Pese a las afirmaciones del gobierno de que todos los paramilitares se desmovilizaron
en un programa promovido por el gobierno que se inició en 2003, estos grupos siguen
actuando y cometiendo graves violaciones de derechos humanos contra defensores
y defensoras de los derechos humanos y otros miembros de la población civil. En
ocasiones, estas violaciones de derechos humanos se cometen en connivencia con las
fuerzas de seguridad, o con su consentimiento.
MOVICE es una amplia coalición de organizaciones de la sociedad civil que hace
campaña por la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas del largo conflicto
armado interno de Colombia. Los miembros de sus distintas seccionales en todo el país
han sido objeto repetidamente de amenazas e intimidación.
El 26 de marzo de 2001, Irina del Carmen Villero Díaz, de 15 años e integrante de la
comunidad indígena wayúu del departamento de La Guajira, fue torturada, violada
y asesinada por paramilitares en la zona de Cuestecitas del municipio de Albania,
departamento de La Guajira. Cuando su madre, Blanca Nubia Díaz , trató de encontrarla,
tuvo noticia de que, al mismo tiempo que su hija, varias mujeres más habían sido también
asesinadas. Blanca Nubia Díaz consiguió averiguar el paradero del cadáver, pero se vio
obligada a abandonar el departamento de La Guajira a causa de las amenazas de los
paramilitares. El cadáver fue enterrado como perteneciente a “persona no identificada”, y
hasta 2010 Blanca Nubia Díaz no pudo reclamarlo. En agosto de 2010, Irina del Carmen
fue enterrada según los rituales del pueblo indígena wayúu. Las investigaciones sobre su
violación, tortura y asesinato no han avanzado en más de una década.
Blanca Nubia Díaz y su familia han recibido numerosas amenazas. El 28 de julio de 2011,
dos hombres dijeron a su nieto en Bogotá: “nosotros conocemos a su mamá, y sabemos
de su abuelita Blanca Nubia, qué hace y con quiénes anda”.
Nombre: Blanca Nubia Díaz e Irene López Garzón
0 comentarios:
Publicar un comentario